Cómo fortalecer el sistema inmune
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El sistema inmune o sistema inmunológico es el mecanismo de defensa natural del cuerpo ante virus, bacterias, microorganismos y sustancias infecciosas que causan enfermedades y el envejecimiento prematuro, y que puede afectar también al funcionamiento de nuestras funciones y sentidos, incluyendo por supuesto nuestra vista.
Es frecuente que, en determinadas épocas del año, sin una causa aparente, nos encontremos más cansados de lo normal, no acabemos de curarnos de un constipado o proceso febril cuando ya empezamos otro y sentimos como que nos quedamos sin pilas. Es posible que esto ocurra porque, casi sin darnos cuenta, hemos empezado a modificar nuestros hábitos de vida y sanas rutinas.
Es posible que estemos comiendo fuera de horas y con peor calidad, no descansemos lo suficiente o no estemos desconectando como deberíamos del estrés de los estudios o del trabajo. Cuando actuamos de esta forma, la principal víctima es nuestro propio sistema inmune, que empieza a debilitarse.
Nuestras defensas pueden verse afectadas por factores como la presencia de una enfermedad autoinmune o los cambio estacionales sobre los que difícilmente tenemos control. Sin embargo, existen una serie de hábitos y modos de vida sobre los que sí podemos actuar que, sin duda, nos van a ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Llevar una alimentación saludable
Este es, casi con toda seguridad, el factor que más influye en nuestro sistema natural de defensa. En este sentido, debemos mantener un equilibrio en las comidas, su horario, cantidades a ingerir y composición.
La dieta mediterránea es la mejor receta en este sentido, puesto que siguiéndola vamos a proporcionar al organismo los nutrientes, vitaminas y otros elementos necesarios para el correcto funcionamiento de nuestras funciones, tanto basales como las relacionadas con el día a día: trabajar, estudiar, hacer deporte…
Las grasas saturadas y el exceso de azúcar refinado son elementos que, además de hacernos ganar en peso y facilitar el desarrollo de diversas enfermedades, como las cardiovasculares o la diabetes, tienen la negativa capacidad de reducir la respuesta inmunológica de nuestras cuerpo ante el ataque de microorganismos nocivos.
Practicar ejercicio físico con regularidad
Otro pilar sobre el que se sustenta un sistema inmunológico fuerte y estable es la realización de ejercicio físico, especialmente de tipo aeróbico: andar, correr, ir en bicicleta… Eso sí, los sobreesfuerzos pueden ser contraproducentes, por lo que el ejercicio físico que practiquemos ha de ser progresivo y adaptado a nuestras posibilidades.
Descansar lo suficiente
Muchas de las células que van a formar parte del sistema de defensa de nuestro organismo se producen mientras dormimos. De ahí la importancia de tener un sueño reparador todas la noches, de unas 8 horas y de calidad, sin interrupciones que lo perturben.
Gestionar bien el estrés
Pocas cosas tienen tanta capacidad para minar nuestro sistema inmune como un exceso de nervios y estrés. Debemos ser capaces de manejar el estrés con habilidad, recibiendo el apoyo de un especialista en caso necesario.
Si queremos mantener un buen estado visual debemos intentar mantener siempre en alza nuestro sistema inmune con una alimentación rica en antioxidantes y vitaminas A, C y E, ejercicio físico, descanso de calidad y control del estrés.
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