¿Cómo elegir tus gafas de sol?
Las gafas de sol son un complemento imprescindible para el verano, pero ¿cómo escoger aquellas que realmente nos protegen? En muchas ocasiones, a la hora de comprar gafas de sol nos dejamos llevar por las modas, sin pensar en la calidad o en el nivel de protección que pueden llegar a ofrecernos. El 29% de las gafas de sol que se compran en España se adquieren en los denominados top manta o en mercadillos y, según un estudio elaborado por la Universidad Complutense de Madrid sobre las lentes comercializadas en este tipo de bazares, el 93% de las gafas analizadas disponen de lentes que no cumplen con la normativa vigente, con el consiguiente riesgo que esto puede provocar en la salud visual.
Pero, ¿sabes cómo elegir bien unas gafas de sol y qué precauciones debes tener en cuenta? Te damos algunos consejos para que este verano puedas mantener una buena salud visual y prevenir posibles lesiones oculares:
1.¿Puedo comprarlas en bazares o mercadillos? Debemos tener mucha precaución a la hora de adquirir gafas de sol en estos lugares. También debemos tener cuidado con las que se regalan vinculadas a ciertas promociones.
2.Certificado CE. Las gafas deben llevar en la patilla la marca CE, la identificación del fabricante o distribuidor y la referencia del modelo.
3.Filtros. Además, las lentes de las gafas deben filtrar o eliminar la radiación UV nociva por debajo de los 400 nm (nanómetros). Esta información no suele grabarse en la montura ni en las lentes, sino que es el fabricante el que indica que se cumple esta condición. Las gafas deben ir acomapañdas de un folleto con el nombre y la dirección del fabricante, la referencia de la norma europea, sus características de uso, las advertencias de riesgos y restricciones, una explicación y marcado relativo al grado de protección a la luz y radiación UV y las normas para su limpieza y mantenimiento.
4.Categorías por filtro. El número de filtro (0,1,2,3,4) indica la cantidad de absorción lumínica visible, pero este índice no revela la absorción de la radiación. Es decir, que una lente muy oscura no protege necesariamente de la radiación UV, ya que es el material el que debe absorber o repeler la radiación, no el tinte que la lente lleva incorporado.
Los filtros con categoría 0 son lentes claras, indicadas para la conducción y utilizadas para el confort y la estética.
La categoría 1 es idónea en zonas de luminosidad leve, como los espacios urbanos.
Las categorías 2 y 3 son las más comunes. Las lentes de categoría 2 se caracterizan por ser medianamente coloreadas y por estar indicadas para una luz solar media y para la práctica de deportes como el tenis, el golf, para pasear o para montar en bicicleta. Las lentes de categoría 3 son idóneas para ir a la playa, a la montaña o para ambientes soleados.
Las lentes de categoría 4 son muy oscuras y son adecuadas para condiciones de sol extremo, como la alta montaña o los deportes acuáticos.
5. Un color para cada enfermedad visual. El filtro marrón es una buena opción para miopes y astígmatas; el color verde, para personas con hipermetropía; y los filtros naranjas y amarillos son adecuados para ambientes con niebla o para conducir. Los filtros rosas y azules no están recomendados para conducir porque pueden modificar la percepción de los colores.
6. ¿Lentes fotocromáticas, polarizadas o de espejo? Los filtros fotocromáticos se adaptan a la intensidad lumínica y de radiación UV del ambiente y se oscurecen o aclaran según la radiación ultravioleta recibida. Los filtros polarizados están recomendados para actividades al aire libre, ya que filtran el exceso de luminancia, eliminan reflejos y evitan deslumbramientos.
7. Fecha de caducidad. Un filtro físico no debe sufrir deterioro y suele seguir protegiendo con el paso de los años, aunque los filtros químicos pueden perder propiedades. También debemos tener cuidado con los cristales de policarbonato que pueden doblarse con una sobreexposición al calor y producir aberraciones ópticas.
De no seleccionar adecuadamente las gafas de sol pueden producirse graves lesiones oculares. Una lente de mala calidad puede llevar a que la pupila se dilate, lo que genera que el ojo no quede protegido adecuadamente de la radiación nociva. Otros efectos pueden ser la queratoconjuntivitis actínica, normalmente pasajera o, incluso, una quemadura macular en caso de que miremos directamente al sol. Además, de forma crónica, puede llegar a producirse una rápida evolución de las cataratas o una degeneración macular.
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