Por qué el deporte no es igual con gafas

Ahora que está tan de moda el running, parece que siempre hay un momento para calzarse unas zapatillas de correr y salir a calentar el asfalto, pero admite que este deporte con gafas no es lo mismo, si tienes que estar pendiente de que no se te muevan, se te claven o se caigan.

Cualquier deporte es bueno para mantener un estilo de vida saludable y eliminar el estrés que se suele acumular a lo largo de la semana, pero esta barrera con forma de gafas que puede impedirnos realizar ejercicio físico de manera libre, también la encontramos en otros muchos deportes, como los de equipo. En el fútbol o en el vóley por ejemplo, crean un límite invisible para los jugadores que necesiten llevar gafas porque se trata de actividades donde existe un alto riesgo de confrontación física, y los accidentes relacionados con las gafas están a la orden del día. ¡Mucho ojo con los codos y las caídas!

Con los deportes de raqueta como el pádel o el tenis también es peligroso jugar con las gafas puestas porque un raquetazo o un pelotazo pueden llegar en cualquier momento, si practicamos este tipo de deportes. En este caso, la idea es estar más pendiente de dar una buena bola y no de que las gafas se nos puedan caer o romper.

Gran parte de la diversión de hacer deporte al aire libre consiste en no tener que estar pendiente de cosas que nos pueden distraer del ejercicio, como las gafas. Si te van las bicis, no te costará imaginar la incomodidad de darte un paseo con las gafas puestas, sobre todo en primavera cuando, por los cambios de tiempo, te puedes encontrar con una tormenta a medio paseo que te impida ver bien por dónde vas, al tener los cristales mojados o el resol puede molestarte y que te haga guiñar los ojos, lo cual tampoco mejora con las gafas.

Si pensamos que con las lentillas todo puede mejorar, nos equivocamos, porque siempre tendremos que estar pendientes de llevarlas en nuestra bolsa de deporte y lo mejor es poder hacer deporte sin tener que pensar ni en gafas ni en lentillas.