¿Cómo influye la genética en el color de los ojos?
La genética es fundamental para definir el color de los ojos. La melanina, que es el pigmento que determina si en nuestro iris predominará el tono verde, azul, marrón, negro o incluso gris, viene dada por los genes que heredamos de los padres y abuelos.
Cuanto más pigmento hay en el iris, más oscuro será el color de los ojos; del mismo modo, a menor grado de melanina más claro será su tono.
Además de estar inscrita en la genética y determinar el color de los ojos, la melanina también define el color de nuestra piel. Sin embargo, pese a ser una cuestión sobre la que existe un consenso más o menos amplio, va mucho más allá de un mero cruce de probabilidades. ¿Quieres saber más sobre este asunto? No te pierdas el siguiente post.
Índice
Genética, color de ojos y melanina de la piel
Laren Gallowey es un niño oriundo de New Orleans, Estados Unidos, que hace unos años sorprendió a la comunidad médica de su ciudad por ser negro de piel y, a la vez, tener unos ojos azules intensos y límpidos. Ante este hecho, la pregunta que muchas personas se hicieron fue: ¿cómo es esto posible?
Sencillo: el nivel de melanina de la piel no tiene nada que ver con la melanina que se encarga de determinar el color de nuestros ojos. Son dos componentes independientes y de ahí que casos como el de Laren, aunque sean poco comunes, no sean extraños.
Esto nos lleva a pensar, de hecho, que la relación entre la genética y el color de los ojos no siempre es tan literal como nos la han contado. Es decir, no se trata de hacer una mezcla entre el color de los ojos de nuestro padre y el de nuestra madre.
El color de los ojos: las mil aristas de la genética
O dicho de otra manera: la explicación de la herencia cromática de los ojos no es tan sencilla como coger una paleta de colores y mezclar los diversos tonos que tenemos delante. Ese ha sido un gran error que de un tiempo para acá viene desmontándose.
Además de la herencia de padres y abuelos, existen otras variables que pueden influir en el color de los ojos de los niños.
Existen ejemplos de pequeños que nacen con los ojos azules sin que ninguno de sus dos padres o sus cuatro abuelos los tengan de este tono. O también al contrario, niños con ojos marrones pese a que en su familia predominan los ojos verdes o azules.
La ciencia explica esto de forma sencilla: el color del iris se origina en función de tres genes distintos, cada uno correspondiente a los ojos verdes, azules y marrones. Por tanto, si se quiere calcular el color de los ojos que tendrá un recién nacido, se debe valor antes que sus dos padres tienen detrás una carga genética diversa y que, en el momento en que ambas se crucen, las probabilidades son muchísimas.
De hecho, hasta la fecha aún no se ha podido establecer qué es exactamente lo que pasa durante el cruce de las cargas genéticas y qué factores influyen para que un gen tenga predominio sobre los otros dos y definan el color de nuestros ojos.
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