Gafas graduadas: pros y contras
Las gafas graduadas fueron uno de los primeros remedios para corregir los problemas refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo), pero, con la aparición de las lentes de contacto, y, más adelante, la cirugía refractiva, las gafas han dejado de ser la única opción.
En el imaginario colectivo, las gafas siempre han servido para representar la inteligencia, la responsabilidad o el frikismo. Las gafas tienen sus detractores y sus defensores, cada grupo con sus argumentos. En este artículo vamos a repasar los pros y los contras de las gafas graduadas.
Índice
¿Cuáles son los pros de las gafas graduadas?
- Te permiten ver bien, ¿obvio, no? Pues quizás no tanto, no sabéis cuánta gente prefiere ir medio a ciegas por la calle por pura coquetería. Realmente existen otras opciones para ver bien, cómo la cirugía láser, así que no es necesario llegar a esos extremos.
- Un valor añadido que nadie suele contarte es que si ves algo que no te gusta, ¡basta con quitártelas! También sirven como excusa si algo no te interesa: no, es que no veo bien…
- Existe una enorme variedad de estilos y materiales que permiten adaptar las gafas a cada persona. Además, no tienen limitaciones en cuanto a la graduación y los nuevos materiales permiten que las lentes sean más ligeras.
- Gracias a los hipsters ahora llevar gafas está de moda. Aunque parezca mentira, esto ha conseguido que algunos de los pocos privilegiados con una vista perfecta deseen tener alguna que otra dioptría. También hay quien lleva las gafas sin graduación o, directamente, sin lentes. Esto ha sido todo un alivio para los miopes de toda la vida, que han pasado de sufridores a modernos. ¿Cuánto durará la moda? Esa es la cuestión.
- Algunos tipos de materiales protegen los ojos de los rayos UV. Además, las gafas se convierten en una barrera contra salpicaduras y polvo que podrían dañar los ojos.
- La montura es un complemento más para demostrar que tienes estilo. ¿Quieres cambiar de look? Pues cambias de gafas y ya. Eso sí, para hacerlo deberás tener varias en casa.
- Parecerás más interesante, sobre todo cuando hagas ese gesto. Sí, ese que haces al quitártelas…o ese otro que haces al volver a colocarlas en su sitio cuando se te escurren.
- La gafas sirven como entretenimiento, puedes jugar con ellas. Puedes ponértelas en la cabeza, o moverlas empujando las patillas hacia abajo cuando te aburra la conversación o poner caras graciosas cuando se te empañen para divertir a los demás. Cuenta la leyenda que también sirven para hacer fuego, algo muy útil cuando estás de camping.
¿Cuáles son los contras de las gafas graduadas?
- La gente que usa gafas sin graduación deshonra a los auténticos miopes. Ahora te preguntarán si llevas gafas porque está de moda.
- Si bien las gafas son un complemento de moda, te impedirán usar otro complemento muy de moda, los cascos gigantes, a riesgo de que se te incrusten las patillas en el cráneo. Difícil decisión.
- Además, las gafas graduadas no son precisamente baratas. Elige bien cuando las compres, vas a pasar mucho tiempo con ellas.
- Tendrás unas marcas permanentes en la nariz ahí donde se apoyan las gafas. A veces incluso se clavan en los lados de la cabeza si están muy apretadas.
- Las gafas se empañan, ya sea cuando entras a un sitio calentito en invierno, en la clase de spinning o cuando destapas la cacerola para ver como va la cena.
- Las gafas se ensucian en cuanto acabas de limpiarlas y sin razón aparente. Debes acostumbrarte a vivir con esas manchas porque siempre estarán contigo.
- Las gafas se rayan así que llega un momento en el que, por más que las limpies, ya no verás bien. Es más, ¡es posible que se hayan rayado de tanto limpiarlas!
- Y es que las gafas, o están muy apretadas y hacen daño, o están flojas y se caen constantemente. Por alguna razón no tienen nunca un punto intermedio.
- A no ser que tengas una buena nariz en la que reposar dos pares de gafas, olvídate de ver películas en 3D. Tampoco te resultará fácil ponerte un casco de moto.
- Son un engorro para practicar deportes: se caen con facilidad, dificultan el secar el sudor, se empañan impidiendo ver correctamente y además supone un riesgo que se claven al recibir un impacto. Además, con los deportes acuáticos quedan totalmente descartadas.
- Saludar a un semejante – es decir, a otra persona que lleva gafas- se convierte en una misión imposible. Da igual lo que hagas, es inevitable…¡y suerte si no se os enganchan!
- Si usas gafas graduadas, deberás usar gafas de sol graduadas e ir cargando con los dos pares constantemente y cambiando cada vez que entras o sales de algún sitio.
- Olvídate de quedarte dormido con las gafas puestas si no quieres clavártelas o, peor aún, ¡deformarlas! Las personas que usan gafas no se pueden permitir ver una película tumbados en el sofá y echarse una siesta si les da sueño.
- Los ojos no se verán nunca en las fotos, quedan siempre ocultos debajo del brillante reflejo de las gafas.
- Las gafas nunca van a estar en el lugar en el que se dejaron la última vez. El miope entra en un círculo vicioso en el que no encuentra las gafas porque no ve sin ellas y no puede ver porque no encuentra las gafas.
- La sordera del miope. ¿Suena raro? quizás, pero más de un miope afirma que cuando se quitan las gafas no se enteran de nada de lo que les dicen. ¿Será que se ponen nerviosos?
- Por más que se empeñen en la publicidad, las gafas no le quedan bien a todo el mundo. Además, a quienes tienen una graduación muy alta de miopía se les ven los ojos muy pequeños por el efecto de la lente divergente.
Como vemos, las gafas graduadas tienen sus ventajas e inconvenientes. Al parecer, ahora están muy de moda incluso entre quienes no necesitan graduación. El problema es ¿qué pasará cuando termine la moda?
No os preocupéis, en Clínica Baviera os daremos la posibilidad de olvidaros de las gafas graduadas cuando os canséis de usarlas como complemento y se conviertan en un inconveniente. Ahora podrás elegir cuándo ponerte las gafas si de verdad te gustan.
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