Gafas progresivas: qué son y cuándo usarlas
A partir de cierta edad, cuando aparecen los primeros síntomas de la vista cansada o presbicia, es recomendable el uso de gafas progresivas. Este tipo de gafas tienen la ventaja de que se adaptan perfectamente a las diferentes necesidades de cada paciente, así como a los diferentes problemas de visión que se puedan padecer, por lo que son la mejor solución para pacientes que tienen presbicia y otros problemas del ojo al mismo tiempo.
Índice
¿Qué son las gafas progresivas?
Las gafas progresivas son gafas que tienen cristales que combinan diferentes graduaciones en cada una de sus partes. De este modo, si se necesita ver bien de lejos; se mira por la parte superior de la gafa, si se quiere ver bien a distancias intermedias, se mira por la parte central de la gafa; y si se quiere ver algo desde una distancia muy cercana, basta con mirar a través de la parte inferior de los cristales de la gafa.
Esto se consigue con un mismo cristal pero que cuenta con una graduación diferente. De esta manera, se consiguen los mismos resultados que las gafas con cristales bifocales, pero con la ventaja de que no existe una diferencia radical entre una parte del cristal de la gafa y otra, con lo que se consiguen resultados mucho más cómodos en el uso de las mismas, además de producir un aspecto mucho más estético.
¿Qué utilidad tienen y para qué personas están recomendadas?
Las gafas progresivas están pensadas para personas que tienen o están empezando a tener presbicia o vista cansada pero que, además, también presentan otros problemas visuales, como por ejemplo miopía, hipermetropía o astigmatismo.
La presbicia o vista cansada es una enfermedad visual asociada a la edad. Se suele desarrollar a partir de los 45 ó 50 años. Surge porque, debido a la edad, el ojo no es capaz de enfocar correctamente. Esto conlleva una visión borrosa, tanto de cerca como de lejos, aunque dependerá en parte del paciente. Cuando el único problema que tiene el paciente es el de la presbicia, este se puede corregir usando directamente gafas graduadas para este problema.
Sin embargo, cuando el paciente que desarrolla presbicia o vista cansada también cuenta con otros problemas de visión, como pueden ser la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, es necesario adecuar las gafas para que se pueda ver bien tanto en las distancias cortas como en las medias y las largas. En estos casos, es cuando las gafas progresivas están más recomendadas, ya que permiten introducir diferentes graduaciones en el mismo cristal y que el paciente podrá utilizar en cualquier ocasión y sin necesidad de llevar consigo un par de gafas para ver de lejos y otras para ver de cerca.
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