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Gotas para los ojos, ¿cuáles usar?

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Que las gotas para los ojos son grandes aliadas para disfrutar de una buena salud visual es algo que seguro que tienes claro. La cuestión es si sabes cuáles usar en cada caso. 

Si, en general, tenemos que evitar la automedicación sin acudir antes a un especialista, cuando hablamos de este tipo de soluciones oftálmicas no iba a ser menos. Es el especialista el que debe detectar el problema e indicarnos qué colirio o gotas usar. Otra cosa es que, las siguientes veces, ya seamos capaces de acudir a la farmacia y pedir el producto que nos haga falta para paliar el problema que nos afecte. Siempre y cuando no sea necesaria receta médica.

¿Qué tipos de gotas para los ojos existen?

El abanico es amplio. Tenemos desde simples gotas humectantes, ideales si, por ejemplo, usamos lentes de contacto, hasta productos que contienen agentes antibióticos y para los que necesitamos receta médica.

Gotas lubricantes para la sequedad ocular

Para ojos secos e irritados. Son las llamadas lágrimas artificiales y son ideales para paliar la irritación producida por el viento, la luz o el uso prolongado del ordenador o demás pantallas. Esta es una de las pautas básicas en materia de salud visual

Para adquirirlas no es necesaria receta médica y seguramente te harán más falta si usas lentillas. Las gotas humectantes pueden llevar conservantes o no. Las primeras frenan la propagación de las bacterias. Las gotas que no los llevan suelen venir en formato monodosis para evitar que se contaminen. Muchas llevan componentes especialmente lubricantes como el ácido hialurónico. Son  muy eficaces en el tratamiento del síndrome del ojo seco y destacan por su capacidad para acumular agua para hidratar la córnea y la conjuntiva.

Ojo seco y ojo normal

Gotas descongestivas para problemas de enrojecimiento

Los colirios descongestionantes reducen los vasos sanguíneos diminutos de la esclerótica del ojo. Según encogen, se vuelven menos prominentes y desaparece el enrojecimiento. No estamos ante un producto del que se pueda abusar. De hecho, es preferible usar gotas humectantes para paliar la sequedad ocular en caso de que esta sea la causa del enrojecimiento.

Mujer echándose gotas en los ojos

Gotas antialérgicas

Estas gotas reducen la cantidad de histamina en el tejido del ojo, lo que produce las reacciones alérgicas. De hecho, llevan un antihistamínico en su composición y, en ocasiones, se pueden comprar sin receta médica.

Gotas antiinflamatorias

Se usan para combatir el dolor. Por ejemplo, tras someterse a una intervención quirúrgica. Solo están disponibles con receta médica. Se utilizan, además, para tratar enfermedades inflamatorias como la iritis o la inflamación conjuntival. Abusar de estas soluciones puede derivar en un problema de cataratas o infecciones de distinta naturaleza.

Gotas antibióticas y antibacterianas

Este tipo de gotas se utilizan, por ejemplo, para tratar un problema de conjuntivitis por infección bacteriana o infección vírica. Es importante que un médico diagnostique el problema porque los síntomas de la conjuntivitis (escozor, enrojecimiento e inflamación) a veces se confunden con un posible problema de irritación cuando realmente esconden una infección que hay que tratar con antibióticos. 

Gotas para el glaucoma

Ayudan a mantener la presión ocular adecuada y aseguran que el líquido presente de forma natural en el ojo sea constante. Están sujetas a prescripción médica.

Ojo normal y ojo con glaucoma



 

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