Distometría: el cálculo de la potencia de la lente de contacto
La distometría es un término que se utiliza en óptica y que hace referencia al cálculo de la distancia existente entre la cara interior de una lente correctiva, ya sea el cristal graduado de las gafas o unas lentes de contacto. A dicha distancia se la conoce como distancia al vértice.
Dicha distancia al vértice se expresa en milímetros y, normalmente, se sitúa entre 12 y 14 mm.
Índice
¿Cuál es la fórmula para calcular la distometría?
La fórmula de cálculo de la distometría es la siguiente:
Potencia (LC)= Potencia Gafa / 1- (Potencia Gafa x distancia vértice)
¿Por qué es importante conocer la distancia al vértice?
El aumento o disminución de la distancia al vértice produce cambios en las propiedades ópticas de los cristales graduados o las lentes de contacto. Normalmente, la mayoría de lentes graduadas se prescriben con una distancia estándar de 14 mm. Sin embargo, en determinados casos es recomendable realizar un cálculo más exacto de dicha distancia.
¿Cuando se debe calcular la distometría o distancia al vértice?
Básicamente en estos 2 casos:
- En graduaciones de defectos refractivos (miopía, hipermetropría o astigmatismo) superiores a 4 dioptrías, puesto que en refracciones inferiores los cambios en las distancias al vértice apenas son apreciables.
- Cuando una persona realiza un cambio de gafas a lentillas, puesto que en las lentes de contacto se necesita una potencia óptica mayor para lograr una óptima agudeza visual.
La alternativa de la cirugía refractiva
Los cristales correctamente graduados, ya sean gafas o lentes de contacto, suelen corregir los defectos refractivos de la mayor parte de personas, consiguiendo una calidad de visión bastante aceptable. Sin embargo, ni gafas ni lentes de contactos son prácticas ni cómodas para realizar actividades tan cotidianas como bañarse en la piscina o la playa o hasta en nuestro cuarto de baño, ya que se empañan y pueden perderse o romperse con gran facilidad.
Muchos deportes son complicados de practicar con gafas, e incluso con lentillas, cuando no son directamente incompatibles con el desarrollo de estas actividades, sobre todo en el caso de los deportes de contacto o los de velocidad.
Por todo ello, cada vez más personas optan por someterse a la cirugía refractiva. Esta operación, que es rápida, indolora y de muy fácil recuperación, permite a la mayoría de personas poder ver bien a cualquier distancia sin necesidad de elementos externos: gafas o lentillas.
Por medio de este tipo de operaciones, que se realizan mediante láser en la mayoría de casos y en otros con la implantación de una lente intraocular, se corrige ese defecto de la refracción, que provoca que la luz procedente de los objetos no se refleje correctamente sobre la retina y en un único punto focal. Y esto imposibilita una visión lo suficientemente nítida, una cuestión fundamental para tener una buena calidad de vida y sin limitaciones.
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