Una lente fáquica es una lente intraocular que se añade al sistema óptico sin sustituir a ninguna estructura y manteniendo el cristalino. El cristalino es una parte del ojo con forma de lente que está situado entre el iris y el humor vítreo. Su principal función es la de enfocar los objetos que se encuentran a una cierta distancia aumentando o disminuyendo su curvatura.
Existen diferentes tipos de lentes intraoculares fáquicas que se eligen según las particularidades de la persona que quiera decir adiós a las gafas y lentillas:
La intervención para la colocación de una lente intraocular sin sustituir a la lente natural (lentes fáquicas, habitualmente tipo ICL®) se ha convertido en una opción consolidada para la corrección de defectos refractivos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) en aquellos pacientes que todavía no padecen presbicia (vista cansada) y que, por las características de su ojo, bien por tener una alta graduación, o bien porque su córnea no admite la corrección láser, no pueden ser intervenidos con esta técnica.
De esta forma, las principales indicaciones para la implantación de una lente intraocular fáquica son:
Estos factores serán valorados por el especialista durante la primera consulta, en la que también se realizarán una serie de pruebas con el fin de asegurar que las características oculares de la persona permiten el implante de la lente.
Están fabricadas de un material biocompatible llamado colámero.
Se fabrican para cada paciente.
Se corrigen varios defectos visuales en un procedimiento.
Se colocan detrás del iris y delante del cristalino sin alterar ninguna estructura del ojo. Es un procedimiento reversible.
Contienen un filtro UV que protege el ojo de los rayos del sol.
Son invisibles, tanto para el paciente como para su entorno.
La intervención para el implante de las lentes intraoculares fáquicas se realiza de forma ambulatoria y con anestesia tópica (gotas) a través de una microincisión. El cirujano inyecta la lente (especial y única para cada ojo) en un espacio llamado cámara posterior, donde realizará una función similar a una lente de contacto, con la ventaja de no producir molestias y de ser invisible para cualquier observador.
La operación dura entre 15 y 20 minutos y no requiere puntos, ya que las incisiones se autosellan sin necesidad de suturas. Es normal que no se operen los dos ojos el mismo día. El paciente se podrá marchar a su casa sin necesidad de llevar el ojo tapado y la recuperación visual es muy rápida. El equipo médico de Clínica Baviera realizará un seguimiento personalizado para controlar la evolución.
Es importante que, tras la intervención, y además de seguir las indicaciones específicas y particulares de su oftalmólogo, el paciente siga las siguientes instrucciones:
Para aquellas personas que están experimentando los síntomas de la vista cansada o presbicia, el procedimiento más indicado suele ser la cirugía con lensectomía refractiva e implante de lente intraocular pseudofáquica. Será el oftalmólogo el que, tras estudias el caso, escoja el tratamiento más adecuado.
Una lente fáquica es una lente intraocular que se añade al sistema óptico del paciente sin sustituir ni alterar ninguna estructura del ojo. Es decir, que se respeta el cristalino transparente del ojo. Las lentes que se usan más frecuentemente son las del tipo ICL® (lentes de colámero implantables).
El objetivo de la cirugía para el implante de una lente fáquica es corregir los problemas refractivos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) en personas que llevan gafas y que todavía no tienen presbicia o vista cansada. Este procedimiento se emplea en pacientes en los que no es posible realizar ninguna técnica de cirugía láser (Lasik o Técnicas de Superficie PRK/Lasek) y siempre por indicación del oftalmólogo.
Las lentes fáquicas de tipo ICL se llevan usando desde hace más de 15 años a nivel internacional y se están consiguiendo excelentes resultados.
Estas lentes están fabricadas de un material llamado colámero, similar al que se utiliza para fabricar las lentes de contacto blandas. Sin embargo, son mucho más pequeñas que las lentillas tradicionales.
Esta cirugía no está indicada en pacientes embarazadas o en periodo de lactancia, o en aquellos en los que la estructura o estado de su ojo desaconseja la intervención (pacientes con un ángulo estrecho en la cámara frontal del ojo, pacientes con pocas células endoteliales o personas con distrofias u otras patologías corneales). También se suele excluir a personas con otras patologías oculares que afecten a la retina, glaucoma o uveítis.
La principal diferencia entre una lente fáquica y una lente intraocular pseudofáquica (aquella que se emplea para corregir la presbicia y/o las cataratas, junto a otros problemas refractivos cuando aparecen conjuntamente) es que en la cirugía que se emplea para implantar las primeras se conserva el cristalino intacto. Por lo tanto, las lentes fáquicas trabajan conjuntamente con el cristalino y las lentes pseudofáquicas tradicionales reemplazan esta lente del ojo que ya está dañada por el paso del tiempo.
Lo más común es que primero se opere un ojo y un poco más adelante el otro, por la propia seguridad del paciente.