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Coroidopatía serosa central o coroiditis: ¿qué es?

La coroiditis serosa central o coriorretinopatía serosa central es un desprendimiento seroso (acumulo de líquido) localizado debajo de la retina sensorial, en la mácula, con o sin desprendimiento del epitelio pigmentario de la retina asociado.
Es una enfermedad retiniana esporádica y autolimitada (se cura sola), más frecuente en hombres (por cada mujer afectada hay ocho hombres que la padecen), entre los 25 a 50 años, generalmente unilateral.

¿Qué factores de riesgo influyen en su aparición y cuáles son sus causas?

La coroidopatía serosa central es la cuarta enfermedad de la retina más frecuente tras la DMAE, la retinopatía diabética y las oclusiones venosas retinianas.

Los factores o causas que inducen o agravan este problema oftalmológico son:

  • Paquicoroides o coroides engrosada. La coroides es una membrana irrigada con vasos sanguíneos que se encuentra entre la retina y la esclerótica del ojo. En estos casos, la coroides suele estar inflamada y los vasos sanguíneos que la forman se dilatan y se hacer permeables, haciendo que el líquido salga y se pueda acumular debajo de la retina.
  • Contacto con corticoides por cualquier vía de administración: orales, pomadas, inhaladores nasales...
  • Estrés emocional.
  • Alteraciones hormonales, como el síndrome de Cushing o las que se producen durante el embarazo.

Otros factores de riesgo pueden ser:

  • Problemas cardiovasculares, como la hipertensión arterial, ictus o infartos.
  • Estar bajo tratamiento para la depresión, la ansiedad o los trastornos del sueño, como el insomnio o la apnea del sueño.
  • Presencia de helicobacter pylori.

¿Qué síntomas provoca?

La coroiditis serosa central puede presentarse de forma aguda, crónica o recurrente.

Sus síntomas más característicos son:

  • Escotoma relativo (mancha central en el campo de visión de ligera densidad).
  • Visión borrosa en el ojo afectado.
  • Metamorfopsia o deformación de las imágenes (distorsión de las líneas rectas).
  • Micropsia o visión de las imágenes más pequeñas de lo habitual.

Además, en el caso de la coroiditis, la visión puede estar moderadamente disminuida y suele mejorar con una lente positiva débil.

Si el desprendimiento de la retina neurosensorial no afecta al centro de la mácula, el paciente puede no presentar síntomas.

¿Qué tipos existen? 

  • Coroidopatía serosa central aguda o clásica. Es la más habitual y se caracteriza porque suele desaparecer generalmente sin tratamiento con mínimas secuelas. Es decir, se resuelve espontáneamente. En ocasiones, aunque la agudeza visual se recupera, se produce una cierta pérdida de la sensibilidad al contraste.
  • Coroidopatía serosa central recurrente. Se asocia a un peor pronóstico, a un descenso de la agudeza visual y a la alteración de la visión de los colores.
  • Coroidopatía serosa central crónica. Cuando el problema persiste en el tiempo y no tiende a resolverse, la coroiditis se suele asociar a la atrofia de los fotorreceptores y a una alteración visual persistente.

¿Cómo es su evolución? 

La evolución natural de la coroidopatía central serosa suele ser la siguiente:

  • Su curso es breve.
  • El líquido se reabsorbe en un plazo de entre 1 y 6 meses.
  • La visión se recupera, aunque puede quedar una discreta disminución de la sensibilidad a los colores.

La coroidopatía central serosa suele ser de curso breve y el líquido suele reabsorberse en un plazo de entre 1 y 6 meses, recuperando la visión aunque puede quedar una discreta disminución de la sensibilidad a los colores.

En los casos de curso prolongado, en los que la reabsorción del líquido tarda entre 6 y 12 meses, puede haber una posible pérdida visual, aunque estos casos son poco frecuentes.

¿Cómo se lleva a cabo el diagnóstico?

Al revisar el fondo de ojo, el oftalmólogo detectará:

  • Levantamiento de la zona central de la mácula.
  • Posibles lesiones.

Para su estudio, se emplean las siguientes pruebas diagnósticas:

  • La OCT (Tomografía de Coherencia Óptica) como método principal, ya que esta prueba permitirá establecer y medir el líquido acumulado debajo de la retina.
  • La angiografía fluoresceínica, con la que se valorará el estado de la coroides y se identificará el punto de fuga del líquido.

¿Qué seguimiento se realiza? 

  • Coroidopatía serosa central aguda o clásica. En este caso, de entrada, no se aconseja ningún tipo de tratamiento, ya que en un 80%-90% de los casos se resuelve sola. El oftalmólogo realizará un seguimiento del paciente con controles periódicos para descartar su posible reaparición. Aproximadamente la mitad de las personas que han padecido esta patología vuelven a tenerla en algún momento de su vida.
  • Coroidopatía serosa central crónica o recurrente. En este caso, es necesario valorar la aplicación de algún tipo de tratamiento.

¿Qué tratamientos existen? 

  1. Como primera medida, si el paciente se encuentra bajo tratamiento con corticoides, se aconseja suspenderlo, previa valoración con el médico que los haya prescrito.
  2. Se recomienda reducir los niveles de estrés.
  3. Tratamiento de fotocoagulación con láser.
  4. Tratamiento con terapia fotodinámica. Este procedimiento consiste en la inyección de un principio activo que, posteriormente, se activa con la aplicación de un lásesr no térmico. El objetivo es sellar las fugas de líquido para tratar de recuperar la visión o evitar su deterioro. Esta alternativa tiene una gran eficacia y reduce la recurrencia de la enfermedad.
  5. Inyecciones intravítreas de fármacos anti-VEGF.

Este contenido ha sido elaborado por la Dra. Marta S. Figueroa

Oftalmóloga especializada en Retina Quirúrgica y Retina Médica. Directora de la Unidad de Retina y del Área de I+D de Retina de Clínica Baviera. Jefa del Departamento de Retina del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

La Dra. S. Figueroa cuenta con una amplia experiencia asistencial, quirúrgica, investigadora y docente en el ámbito de las patologías de retina, especialmente en lo que respecta al tratamiento de los desprendimientos de retina, la retinopatía diabética, los traumatismos oculares, la cirugía macular y la DMAE. Ha publicado más de 150 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales y 12 libros Es Profesora Asociada en la Universidad de Alcaláde Henares desde 1991.

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