La miopía magna es una patología potencialmente discapacitante y una de las principales causas de ceguera legal, así como la principal causa de neovascularización coroidea entre pacientes menores de 50 años de edad. En Europa, la proporción de ceguera atribuible a la miopía patológica oscila entre el 2,6% en Dinamarca y el 8,8% en Gales. En España es la principal causa de la afiliación a la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE).
Por otra parte, la miopía es un importante factor de riesgo de cara al desprendimiento de la retina, más del 40% de los desprendimientos de retina ocurren en ojos miopes, siendo mayor el riesgo cuanto mayor es el defecto refractivo.
Se considera que la prevalencia de la miopía magna es el 2% de la población general. Esta patología parece guardar relación con el nivel de estudios y se considera más frecuente en el este de Asia (8% en Japón) y en el Mediterráneo (9,6% en España). Es más frecuente en las mujeres.
Los cambios que se producen en la retina del ojo miope por la elongación pueden conducir a la formación de rupturas de las capas del globo ocular con la posterior formación de neovascularización coroidea y atrofia de los tejidos.
Por otra parte, este crecimiento exagerado del ojo miope (alargamiento del ojo) provoca un adelgazamiento de la retina periférica y la aparición precoz de un desprendimiento posterior de vítreo, factores que condicionaran una mayor aparición de agujeros maculares o desprendimiento de retina en los ojos de estas personas con miopía magna.
La oftalmoscopia es la prueba fundamental para establecer el diagnóstico por la imagen de fondo de ojo en pacientes con miopía alta.
No existe un tratamiento específico de la miopía magna por lo que el oftalmólogo debe tratar las complicaciones que puedan ir apareciendo en el curso de la enfermedad.
Si el paciente con miopía magna presenta en la retina lesiones que puedan conducir al desprendimiento de la retina, deberemos tratarlas preventivamente con fotocoagulación con láser. En caso de que el paciente acuda con un desprendimiento de la retina se deberá tratar ese problema visual en un centro especializado con cirugía cuanto antes.
El agujero macular y el quiste macular se tratan con cirugía, mientras que las membranas neovasculares que afectan a la mácula se tratan con inyecciones intraoculares.
Dada la gran variedad de lesiones que pueden aparecer en un paciente con alta miopía y la importancia de su detección precoz para obtener buenos resultados, se aconsejan revisiones periódicas.
La miopía magna, alta miopía o miopía patológica se produce cuando la miopía del paciente es muy elevada (supera las 6-7 dioptrías) y existe un alargamiento excesivo del globo ocular que da lugar a un estiramiento anómalo de las estructuras del ojo, incluida la retina y la coroides.
Tener miopía magna no implica necesariamente tener complicaciones, pero esta patología se asocia a un mayor riesgo de anomalías oculares como cataratas, glaucoma, alteraciones del vítreo y alteraciones de la retina y la coroides.
El especialista en retina indicará un tratamiento u otro dependiendo de las particularidades del paciente y de la evolución de la patología.
La miopía magna puede aparecer desde los 5 o 10 años. Además, la miopía magna se estabiliza, habitualmente, al finalizar la adolescencia. Aun así, en ocasiones, puede seguir aumentando pasado ese momento.
Esta patología sólo afecta al 2% de la población.
No existen métodos para prevenir esta patología. Por eso es importante que las personas de riesgo se realicen revisiones periódicas.
Las personas que cumplen algunos de los factores de riesgo deben realizarse revisiones periódicas que incluyan un examen óptico y un examen oftalmológico completo. Una vez diagnosticada, estos controles rutinarios irán destinados a detectar precozmente posibles lesiones.
La miopía tiene un componente genético importante, aunque no necesariamente los hijos de una persona con miopía magna la tendrán también (aunque parece que los pacientes con antecedentes familiares pueden tener más riesgo de tener miopía simple). Algunos estudios apuntan a que existen causas poligenéticas involucradas en el desarrollo de la miopía.
La miopía magna o miopía degenerativa puede presentarse en niños en un pequeño porcentaje de los casos, especialmente en pacientes entre 8 y 12 años en los que las dioptrías de miopía aumentan a una gran velocidad. En estos casos es necesario cuidar y controlar la evolución de la miopía estableciendo controles periódicos para evitar complicaciones en el futuro.
Para que un paciente con miopía magna (o con cualquier patología visual que implique una pérdida de visión) obtenga una minusvalía o una incapacidad laboral, se valora la agudeza visual y el campo visual. Por lo tanto, los casos más graves e irreversibles de pérdida de visión derivados de la alta miopía pueden dar lugar a la incapacidad laboral y a la discapacidad.
Las mujeres miopes deben tener especial cuidado cuando se queden embarazadas, sobre todo si tienen degeneraciones retinianas predisponentes.