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Desprendimiento del Vítreo Posterior: ¿qué es y por qué se produce?

El desprendimiento posterior del vítreo (DPV O DVP) es un problema visual muy frecuente vinculado a la edad y que no suele revestir gravedad, aunque debe ser vigilado de cerca por un especialista en oftalmología para analizar su progresión y posibles complicaciones, que incluyen daños en la retina, como desprendimientos, desgarros o hemorragias.

¿En qué consiste?

El desprendimiento posterior del vítreo es un hecho normal por la edad que suele acontecer entre los 40 y 70 años. Aparece como consecuencia de una licuefacción del gel vítreo a la que se denomina sínquisis.

El humor vítreo o gel vítreo es una sustancia gelatinosa formada principalmente por agua y pequeñas cantidades de cloro, sodio, glucosa, potasio, proteínas, colágeno y ácido hialurónico. Rellena la cavidad ocular comprendida entre la retina y la cara posterior del cristalino (cámara posterior del ojo).

Sus funciones son:

  • Dar forma y consistencia al globo ocular.
  • Rellenar el interior del ojo protegiéndolo de daños por posibles traumatismos.
  • Servir de soporte homogéneo y firme para que las imágenes de los objetos se formen sobre la retina de forma nítida.

Como consecuencia del paso del tiempo se manifiesta este proceso denominado sínquisis por el que este gel, que tiene una textura más o menos sólida, se va volviendo más y más líquido.

Este líquido generado en la sínquisis o alteración del vítreo pasa a través de la cara posterior del vítreo, denominada hialoides posterior, hacia un área denominada espacio retrohialoideo.

El desprendimiento posterior del vítreo se traduce, por tanto, en una separación de la hialoides posterior de la cara más interna de la retina, hasta el borde anterior de la base del vítreo. El vítreo sólido restante se colapsa inferiormente (sinéresis) y el espacio retrohialoideo pasa a estar ocupado por el líquido generado en la sínquisis.

En resumen, el desprendimiento posterior del vítreo se produce cuando la sustancia transparente que ocupa la cavidad interna del ojo (humor vítreo) comienza a degradarse y a volverse más líquida como consecuencia del paso del tiempo. Esto puede llevar a que este vítreo se separe de las paredes internas del globo ocular, en concreto de la retina.

¿Cómo sé si tengo desprendimiento de vítreo?

La sintomatología del paciente pasa por la visualización ante situaciones de mayor luminosidad de unas sombras móviles que ve como moscas volantes, manchas de diferentes formas y tamaños, humo de cigarrillo, niebla… Estas alteraciones visuales de aparición brusca, en un primer momento, pueden provocar angustia y preocupación en las personas que las experimentan.

En realidad, lo que el paciente percibe es la proyección de la sombra que la cara posterior del vítreo proyecta sobre la retina o pequeñas condensaciones vítreas que habitualmente se denominan miodesopsias o moscas volantes.

En este punto es importante diferenciar los síntomas de las moscas volantes de los verdaderos síntomas del desprendimiento de vítreo. Mientras las primeras no deben preocupar al paciente, el desprendimiento de vítreo debe ser revisado de forma urgente.


Síntomas de las moscas volantes Síntomas del desprendimiento de vítreo
Pequeñas sombras o manchas puntuales translúcidas. Manchas que aparecen de forma brusca y en gran número frente al campo visual.
Manchas finas y localizadas. Los pacientes describen estas manchas como una telaraña o red que se desplaza con el movimiento ocular.
Se mueven de un lugar a otro acompañando el movimiento ocular. Suelen acompañarse de una cierta disminución visual y/o visión borrosa.
Amplia evolución sin cambios en forma o presentación. Pueden aparecer junto a destellos o flashes (fotopsias) que se suelen ver de noche o en condiciones de baja luminosidad.
No suele ser un problema grave o urgente por lo que se recomienda una revisión oftalmológica programada. La consulta oftalmológica debe ser urgente e incluir una revisión del fondo de ojo para descartar problemas más graves como desgarros o desprendimientos de retina


Además, es importante precisar que el desprendimiento posterior de vítreo se suele producir progresivamente y en cada etapa de este proceso pueden aparecer pequeñas manchas y luces nuevas. Cada vez que aparecen nuevos síntomas o que estos se agravan, pueden representar la rotura de un nuevo vaso sanguíneo o un nuevo desgarro retiniano, de ahí la importancia de realizar un seguimiento exhaustivo del paciente.

¿Cómo se realiza la exploración y el diagnóstico?

Ante la visualización de estas miodesopsias, el paciente debe ser explorado para descartar la existencia de roturas en la retina periférica. Este hecho es muy poco frecuente y generalmente va acompañado de la visión de destellos de luz a modo de flashes (fosfenos o fotopsias), que se producen por la tracción del humor vítreo sobre la retina.

Por lo tanto, resulta especialmente importante que el oftalmólogo realice un estudio exhaustivo del fondo de ojo en la clínica para comprobar que la retina no ha sufrido ningún daño.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo para padecer un desprendimiento posterior de vitreo?

Los principales factores de riesgo del desprendimiento posterior de vítreo son:

  • La edad. El desprendimiento de vítreo es un proceso evolutivo que es más común a partir de los 50 años y, especialmente, a partir de los 65 años.
  • La alta miopía, miopía magna o miopía patológica. Este problema suele ocasionar una mayor elongación del globo ocular por lo que el desprendimiento de vítreo puede manifestarse en edades más tempranas.
  • Haberse realizado una cirugía de cataratas. Este tratamiento puede incrementar levemente el riesgo de padecerlo debido a los cambios anatómicos.
  • Traumatismos o contusiones oculares.
  • Procesos inflamatorios como, por ejemplo, la uveítis.
  • Haber tenido un desprendimiento de vítreo en el otro ojo. El riesgo de que el desprendimiento de vítreo sea bilateral es elevado.

¿Qué complicaciones se asocian a este problema visual?

El desprendimiento posterior de vítreo no es una patología por sí mismo, sino que se trata de un proceso fisiológico que se produce dentro del desarrollo natural del ojo debido al paso del tiempo.

En la mayor parte de las ocasiones, este proceso se desarrolla sin incidencias pero, de forma excepcional, especialmente cuando la hialoides se separa de la retina, ésta puede tirar de ella y producirse:

  • Un desgarro (entre un 1% y un 3% de los casos).
  • Un pequeño sangrado (hemorragia vítrea) que puede llegar a tapar todo el campo visual.
  • Incluso, un desprendimiento de retina cuyo principal síntoma es la aparición de una cortina o telón en la visión.

Afortunadamente, la mayor parte de los desprendimientos posteriores de vítreo no acaban produciendo un desprendimiento de retina, que es la más grave de las complicaciones, especialmente si afecta al área macular (área central de la visión).

¿Cómo evitar estas complicaciones?

Es muy importante que el paciente acuda periódicamente a revisiones oftalmológicas y, si se detecta una separación del humor vítreo, el especialista deberá comprobar que este proceso no provoque daños en la retina.

Además, los pacientes en los que se haya producido un desgarro o hemorragia en la retina deberán permanecer atentos a la aparición de síntomas similares en el otro ojo, pues existe un riesgo elevado de que estos problemas también le afecten.

¿Cuál es su tratamiento?

Habitualmente no necesita tratamiento, a pesar de las molestias que ocasionan las sombras que ve el paciente.

Las moscas volantes pueden llegar a disminuir y prácticamente desaparecer en pocas semanas, aunque pueden persistir pero, debido a un proceso de adaptación cerebral, suelen dejar de molestar pasado un tiempo.

Como hemos visto, las posibles complicaciones del desprendimiento posterior del vítreo dependen de la fuerza y extensión de las uniones previas entre el vítreo y la retina.

  • En la mayoría de los ojos no causa complicaciones.
  • Raramente inducirá la rotura de un vaso retiniano que ocasionará una hemorragia en el vítreo.
  • En un pequeño porcentaje de los casos, puede provocar desgarros en la retina por transmisión de la tracción a los lugares con adherencias vítreo-retinianas anormalmente fuertes.

En estos casos en los que se producen problemas adicionales, se suele aplicar un tratamiento con láser argón con el objetivo de reforzar la zona afectada de la retina y evitar complicaciones mayores.

Cuando el paciente con desprendimiento posterior del vítreo llega a padecer un desprendimiento de retina es probable que el oftalmólogo determine que es necesaria una cirugía.

¿Sabías que...?

Existe una alta probabilidad de que una vez que aparecen los síntomas de desprendimiento posterior de vítreo en un ojo se manifiesten también en el otro ojo del paciente.

La aparición de moscas flotantes como hecho aislado no debe preocuparnos si no va a acompañada de otros síntomas. Sin embargo, un paciente con desprendimiento de vítreo debe ser revisado de forma urgente.

El desprendimiento posterior del vítreo suele manifestarse con más frecuencia en personas de edad avanzada, pero también puede producirse en pacientes más jóvenes. El 9% de las personas de menos de 20 años presentan sinéresis vítrea.

Preguntas frecuentes

El desprendimiento posterior del vítreo es un problema visual que está relacionado con el envejecimiento en la mayor parte de las ocasiones.

El DVP está presente en menos del 10% de los pacientes menores de 50 años y en más de 2/3 de las personas mayores de 65 años.

Según los últimos estudios, es bastante probable que el desprendimiento posterior del vítreo relacionado con el envejecimiento evolucione de forma lenta y sin causar complicaciones. Aunque en la mayoría de las personas es un proceso asintomático, en las etapas iniciales puede verse complicado dependiendo, básicamente, del tamaño y de la fuerza de la adhesión existente entre el vítreo y la retina.

Hay que tener en cuenta que el DVP no suele requerir atención médica de urgencias. Cuando se produce, lo más habitual es que el vítreo se estabilice por sí solo en un plazo medio de unas dos semanas. Esto suele implicar una menor aparición de moscas volantes.

El humor vítreo se forma en el seno materno, en la etapa de nuestra vida más embrionaria, y no se regenera, aunque tiende a degradarse y volverse más líquida.

Este contenido ha sido elaborado por la Dra. Marta S. Figueroa

Oftalmóloga especializada en Retina Quirúrgica y Retina Médica. Directora de la Unidad de Retina y del Área de I+D de Retina de Clínica Baviera. Jefa del Departamento de Retina del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

La Dra. S. Figueroa cuenta con una amplia experiencia asistencial, quirúrgica, investigadora y docente en el ámbito de las patologías de retina, especialmente en lo que respecta al tratamiento de los desprendimientos de retina, la retinopatía diabética, los traumatismos oculares, la cirugía macular y la DMAE. Ha publicado más de 150 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales y 12 libros Es Profesora Asociada en la Universidad de Alcaláde Henares desde 1991.

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