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Agujero en la mácula: ¿qué es?

El agujero en la mácula se trata de una rotura por tracción del centro de la retina (mácula). El vítreo unido a la retina tracciona y, en algunos casos, puede generar un defecto de espesor completo, es decir un agujero en la zona correspondiente al centro de la visión.

Es más frecuente en mujeres (3:1) y puede ser bilateral (afectar a los dos ojos) en el 15% de los casos.

¿Cuáles son sus causas?

Los principales factores de riesgo que propician la aparición del agujero macular son:

  • Arrastre que ejerce el humor vítreo sobre la retina (y específicamente sobre la zona central de la retina, la mácula) cuando este gel se desprende de la pared posterior del globo ocular.

    Este fenómeno habitualmente se asocia al proceso normal de envejecimiento y no a una enfermedad.

    El espacio ubicado entre la superficie interior de la retina y la cara posterior del cristalino está ocupado por una sustancia gelatinosa llamada humor vítreo. Con el paso de los años, y en relación con la edad, este gel se va encogiendo y alejándose de la retina (y de la mácula), normalmente sin ninguna consecuencia negativa para la visión. En algunos casos el humor vítreo se pega a la mácula y, al no poder desprenderse de ella, el tejido macular se va estirando hasta desgarrarse y formarse un agujero.
  • Traumatismos oculares.
  • Puede producirse después de una cirugía de desprendimiento de retina o en el contexto de una alta miopía.
  • Inflamación prolongada de la mácula.

¿Cuáles son los síntomas del agujero macular?

Las manifestaciones clínicas de esta patología dependen del grado de evolución en el que se encuentre el agujero macular:

  • Al inicio no suele dar síntomas.
  • En el último grado, se produce una importante pérdida de la visión central ya que este problema afecta a la mácula, la zona de la retina encargada de la visión de los detalles y de la visión central.

Por lo tanto, los principales síntomas oculares del agujero macular son:

  • Disminución o pérdida de la agudeza visual y, por lo tanto, de la capacidad de ver los pequeños detalles a cualquier distancia. Esta pérdida de la agudeza visual se produce, sobre todo, en el caso de la visión central y en las fases más avanzadas de la enfermedad.
  • Visión distorsionada de los objetos (metamorfopsias). Las líneas se suelen ver torcidas.
  • Una mancha oscura o punto ciego en el centro del campo de visión (escotomas). En las primeras fases de la enfermedad, se puede manifestar como visión borrosa.
Fondo de ojo con agujero macular

¿Qué tipos existen?

Podemos clasificar los agujeros maculares en función de varios factores.

  • La forma en la que afectan al espesor de la retina:
    • Agujeros maculares completos. Cuando el desgarro afecta a todo el espesor retiniano.
    • Agujeros maculares lamelares o parciales. Cuando afectan parcialmente al espesor de la retina. En este caso, el paciente también suele tener una membrana epirretiniana macular.
  • Su origen:
    • Agujeros maculares postraumáticos. Son los que aparecen asociados a un traumatismo directo en el ojo.
    • Agujeros maculares idiopáticos o seniles. Cuando no existe un traumatismo previo que justifique la aparición del problema y este suele estar relacionado con la edad del paciente.
    • Agujeros maculares miópicos. Se dan en pacientes con miopía alta o miopía magna. En este caso el problema suele aparecer a una edad más temprana y puede producir desprendimiento de retina.

¿Cómo se realiza la exploración y el diagnóstico?

La exploración y el diagnóstico del paciente con agujero macular se realiza a través de dos pruebas:

  • Examen del fondo de ojo. El médico oftalmólogo al revisar el fondo de ojo una vez dilata las pupilas verá el agujero macular.
  • OCT (tomografía de coherencia óptica). Esta prueba se utiliza como método principal para el estudio de esta patología

    La OCT permitirá establecer a los médicos qué grado de evolución tiene el paciente, ya que usa ondas de luz para tomar imágenes detalladas de la retina y ofrece muchos datos y una amplia información sobre su estado:
    • Permite medir el espesor de esta capa interna del ojo.
    • También se puede observar si existe inflamación y/o líquido.

¿Qué tratamientos existen?

Una vez aparece un agujero macular la posibilidad de que se cierre espontáneamente es muy pequeña.

El tratamiento del agujero macular siempre es quirúrgico y, previamente, se debe valorar el estado de la salud visual del paciente, por ejemplo, averiguando si existen otras enfermedades o si se observa indicio de la aparición de cataratas.

A continuación, se realiza la cirugía a través de una técnica de microcirugía conocida como vitrectomía . El objetivo de la operación es la eliminación de la capa más interna de la retina, llamada membrana limitante interna. Esta membrana suele ser la que ha producido la tracción y rotura en la mácula.

Para realizar una vitrectomía habitualmente se siguen estos pasos:

  1. Se realizan tres pequeñas incisiones en la esclerótica del ojo para introducir unos instrumentos muy finos.
  2. Se elimina el gel vítreo y, posteriormente, se retira la membrana limitante interna alrededor del agujero para eliminar la tracción que ejerce sobre él y lo mantiene abierto.
  3. Finalmente, se introduce en el ojo una burbuja de gas que taponará el agujero y permitirá que se cierre.

Si el paciente tiene el agujero macular desde, más o menos, hace un año o menos de un año, la cirugía conseguirá cerrar la lesión en un 90% de los casos. De ahí la importancia de la prevención y de los controles rutinarios

¿Cómo es el postoperatorio?

La recuperación de la visión después de la vitrectomía dependerá del tiempo de evolución del agujero macular y del daño que se haya producido en la mácula hasta la aplicación de los tratamientos por parte del oftalmólogo.

Si la cirugía se realiza durante las primeras fases de la enfermedad suele tener muy buenos resultados y la recuperación de la visión es casi total. Por esta razón es muy importante realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad y una cirugía temprana para conseguir recuperar la agudeza visual.

Durante el postoperatorio, el paciente deberá permanecer boca abajo unos días para que la burbuja de gas favorezca el cierre del agujero macular.

¿Se pueden prevenir?

Los controles oftalmológicos regulares permiten detectar lesiones en la retina o en el fondo de ojo que, de lo contrario, podrían pasar desapercibidas. Por este motivo es importante que la población de riesgo (por ejemplo, los miopes magnos o las personas que ya han tenido un agujero macular en cualquiera de sus ojos) se realice revisiones oftalmológicas completas como mínimo una vez al año.

Preguntas frecuentes

El paciente que tiene un agujero macular puede notar visión borrosa (disminución de la agudeza visual) y frecuentemente distorsionada (ve curvas las líneas rectas). Además, también puede percibir zonas oscuras de visión, especialmente en la parte central del campo visual (escotomas).

El agujero macular se suele diagnosticar en la consulta del oftalmólogo a través de una exploración del fondo del ojo después de dilatar las pupilas del paciente. En el proceso de diagnóstico se suelen solicitar otras pruebas como una OCT (tomografía de coherencia óptica) o una retinografía.

El tratamiento del agujero macular es siempre quirúrgico. A la cirugía que se realiza para cerrar estas lesiones se le conoce como vitrectomía.

A través de este procedimiento, y con gran meticulosidad, se elimina la parte más superficial de la retina para que el vítreo no siga traccionando.

El pronóstico final de la visión dependerá, en gran medida, de la habilidad del cirujano, además de otros factores, como el tiempo de evolución, el tamaño y el origen del agujero macular.

Este contenido ha sido elaborado por la Dra. Marta S. Figueroa

Oftalmóloga especializada en Retina Quirúrgica y Retina Médica. Directora de la Unidad de Retina y del Área de I+D de Retina de Clínica Baviera. Jefa del Departamento de Retina del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

La Dra. S. Figueroa cuenta con una amplia experiencia asistencial, quirúrgica, investigadora y docente en el ámbito de las patologías de retina, especialmente en lo que respecta al tratamiento de los desprendimientos de retina, la retinopatía diabética, los traumatismos oculares, la cirugía macular y la DMAE. Ha publicado más de 150 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales y 12 libros Es Profesora Asociada en la Universidad de Alcaláde Henares desde 1991.

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