¿Cuándo es recomendable realizarse una revisión oftalmológica?
Una revisión oftalmológica es crucial para garantizarnos una buena salud ocular, detectar problemas en la visión e incluso intervenir oportunamente en el caso de que desarrollemos una enfermedad grave en nuestros ojos como puede ser el caso de un glaucoma. Esta última patología puede acabar derivando en ceguera.
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¿Cuándo es recomendable realizarse una revisión oftalmológica?
Sin embargo, no siempre está claro cuándo es recomendable realizar este tipo de exámenes oculares.
Todos los expertos aconsejan que entre el año y los dos años de vida es conveniente realizar un examen ocular completo por parte del especialista para poder evaluar el segmento anterior y posterior del globo ocular, detectar posibles defectos de refracción y valorar el estado de la motilidad ocular para descartar la presencia de estrabismo.
Lo cierto es que, dependiendo de la edad de la persona y sus circunstancias personales, se aconseja una mayor o menor frecuencia en las visitas al oftalmólogo.
En este artículo, vamos a concretar los momentos donde conviene acudir a un especialista para que nos examine la vista, con independencia de las veces que acudamos debido a que apreciemos problemas en la visión y/o molestias en los ojos.
Revisión oftalmológica en caso de bebés y niños pequeños
Las recomendaciones con carácter general nos hablan de unas edades concretas donde la visita al oftalmólogo nos puede salvar de males mayores en el futuro:
- Al nacer y durante el primer mes de vida suele examinarse el ojo por parte del pediatra para detectar posibles problemas oculares de carácter severo y si existen malformaciones congénitas.
- Más adelante, a los 6 ó 7 meses, ya se puede hacer un diagnóstico del estrabismo.
- A los 18 meses, el examen puede ir encaminado a descartar la existencia de defectos refractivos.
Al inicio de la etapa escolar
Así, podemos citar casos concretos como niños en edad escolar donde la primera revisión oftalmológica se recomienda en torno a los 3 años. No en vano, a esta edad se pueden descartar problemas como la ambliopía u ojo vago, cuyo diagnóstico temprano incide de manera importante en la solución de este problema ocular.
Lo cierto es que el éxito del tratamiento de la ambliopía depende, en gran medida, de la rapidez del diagnóstico y tratamiento. De lo contrario, es posible que no logremos revertir este problema y que, por lo tanto, el niño acabe arrastrando este problema durante toda su vida adulta.
También servirá para detectar posibles casos de astigmatismo, hipermetropía e incluso miopía.
Durante la vida académica, conviene que los estudiantes acudan con cierta periodicidad a realizarse alguna revisión oftalmológica. Sobre todo al inicio de cada curso escolar, así nos aseguraremos de que el rendimiento escolar del niño no se verá afectado por un problema en la vista.
Una revisión oftalmológica a partir de los 40 años
A partir de esta edad, nuestros ojos pueden desarrollar problemas visuales como la presbicia o vista cansada y otras patologías de de cierta gravedad como el glaucoma.
Además, está demostrado que las personas que padecen hipertensión arterial y diabetes, suelen empezar a desarrollar problemas visuales en el periodo de edad comprendido entre los 40 y los 60 años. Por lo tanto, urge realizarse una revisión oftalmológica a estas edades.
No debemos olvidar que la detección precoz es clave para atajar el avance de enfermedades oculares de carácter grave:
- Síndrome del ojo seco.
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
- Degeneración macular seca.
- Glaucoma.
- Cataratas.
Además, únicamente acudiendo a una revisión oftalmológica podremos saber si nuestra presión ocular es elevada, dado que ésta no presenta síntomas que puedan delatar su presencia. Por lo tanto, debemos acudir a un oftalmólogo para que pueda diagnosticarla y, en su caso, tratarla para que no acabe derivando en graves problemas oculares.
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