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Orbitopatía tiroidea

La orbitopatía tiroidea es la consecuencia sobre los párpados, los músculos extraorbitarios y la órbita del ojo del mal funcionamiento de la glándula tiroides (fundalmentalmente hipertiroidismo). Habitualmente se manifiesta como exoftalmos o proptosis, que es lo que se conoce comúnmente como ojos saltones y que se debe al aumento de volumen o inflamación de los músculos extraoculares y de la grasa orbitaria.

¿Por qué se produce?

En la mayor parte de los casos, la orbitopatía tiroidea aparece asociada al hipertiroidismo (la glándula tiroides produce más hormonas de las que el cuerpo necesita), aunque también puede aparecer en pacientes con hipotiroidismo e, incluso, en personas que no padecen enfermedad tiroidea.

El hipertiroidismo se produce cuando, por razones no determinadas, el organismo genera unos anticuerpos que afectan a la glándula tiroides, provocando que esta tenga más actividad de lo habitual. Estos anticuerpos también pueden influir en los tejidos blandos de la órbita y de la región periorbitaria, así como a los músculos que mueven los ojos (músculos extraoculares), provocando la inflamación de estas estructuras.

Consecuencias dobre la visión

El exceso de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) puede tener síntomas muy diversos, que pueden afectar al paciente en diversas facetas y, tanto a nivel físico como a nivel funcional: dificultades de concentración, fatiga, nerviosismo, bocio, palpitaciones y pérdida o aumento de peso, entre otros.

Aunque no es tan frecuente, el hipertiroidismo puede producir una serie de cambios que afectan a algunas estructuras relacionadas con el sistema visual: párpados, músculos extraoculares y órbita. Estos son los más frecuentes:

  • Exoftalmos o proptosis provocado por el aumento de volumen de los músculos extraoculares y de la grasa orbitaria. Esto genera problemas para cerrar los ojos, lo que puede generar falta de hidratación de la superficie ocular.
  • Estrabismo
  • Irritación ocular.
  • Lagrimeo.
  • Sensación de arenilla o cuerpo extraño.

En los casos más extremos, si los músculos extraoculares se inflaman mucho, pueden llegar a comprimir y dañar el nervio óptico, provocando visión doble (diplopía) y hasta pérdida de visión.

Los síntomas de la orbitopatía tiroidea pueden aparecer, incluso, antes de haberse diagnosticado la enfermedad tiroidea.

¿Cómo se puede prevenir?

En principio, la orbitopatía tiroidea no se puede prevenir, sin embargo es recomendable que, una vez diagnosticada la patología que afecta a la glándula tiroidea, el paciente acuda a la consulta del oftalmólogo para que este realice una valoración. El objetivo es detectar posibles problemas visuales de forma temprana y evitar complicaciones.

Tratamiento

El tratamiento de la orbitopatía tiroidea está directamente relacionado con la severidad de la enfermedad y, en consecuencia, con los tipos de síntomas que presente el paciente y la intensidad de los mismos.

En las etapas iniciales, cuando los síntomas son leves, se emplearán tratamientos con el objetivo de frenar la inflamación y evitar los problemas en la superficie ocular.

Cuando la inflamación da paso a la fibrosis de los músculos y de la grasa orbitaria y a la proptosis, el especialista puede optar por la cirugía para la descomprensión orbitaria y, posteriormente, cuando sean necesarias, por la cirugía para corregir el estrabismo y la retracción palpebral.