El grado de lagrimeo y la incomodidad que sufre el paciente dependerá, por tanto, de la cantidad de lágrima que produzca, pero también del grado en el que el conducto lagrimal esté obstruido y de la causa de la obstrucción. Esta obstrucción de la vía lagrimal puede ser completa o parcial (estenosis).
Los principales síntomas del lagrimal tapado son, entre otros:
La obstrucción de la vía lagrimal puede producirse por múltiples factores: traumatismos, acumulación de detritus, blefaritis, conjuntivitis… aunque, en la mayor parte de los casos, el origen del lagrimal tapado es desconocido. Además, el bloqueo puede producirse en cualquier punto del sistema de drenaje de las lágrimas del ojo hasta que se comienzan a manifestar los síntomas anteriormente descritos.
Las principales causas que pueden dar origen al lagrimal obstruido pueden ser:
Por lo tanto, el riesgo de desarrollar un lagrimal bloqueado aumenta dependiendo de los siguientes factores:
Ateniéndonos a la información anterior podemos decir que existen dos tipos de obstrucción de las vías lagrimales:
El oftalmólogo puede diagnosticar la obstrucción del lagrimal a través de diferentes pruebas y de un examen médico completo de la salud visual del paciente (polo anterior, párpados y vías lagrimales). Entre los exámenes que puede realizar el especialista se encuentra el test de Jones, el test de aclaramiento de fluoresceína, el sondaje e irrigación de las vías lagrimales y la dacriocistografía . También se puede realizar una tomografía axial o una resonancia magnética, si así lo requiere el especialista. Además, es muy posible que el oftalmólogo indague para conocer las causas del problema.
En cuanto al tratamiento para corregir el lagrimal tapado, la elección de una técnica u otra dependerá de cada paciente, según el nivel y el grado de obstrucción, de la causa del problema, de la anatomía de su vía lagrimal y del estado de la fosa nasal. En algunos casos se puede necesitar más de un tratamiento para corregir el problema o, incluso, los tratamientos pueden ser muy conservadores en el caso de las obstrucciones congénitas que afectan a los recién nacidos.
En el caso de la obstrucción baja de la vía lagrimal, en el saco lagrimal o en el conducto nasolagrimal, una de las técnicas quirúrgicas de elección más frecuente es la dacriocistorrinostomía (externa, endonasal o transcanalicular). La dacriocistorrinostomía consiste, básicamente, en crear una nueva vía de drenaje de las lágrimas a través de la nariz, permitiendo que éstas se evacúen de nuevo con normalidad y creando una nueva conexión entre el saco lagrimal y la nariz.
El lagrimal inflamado es uno de los principales indicios de que puede existir una obstrucción de las vías lagrimales y puede llegar a derivar en la aparición de un quiste en el saco lagrimal (mucocele). En este caso, se suele producir una gran acumulación de secreciones. Además, las inflamaciones del lagrimal suelen ser recurrentes. Por lo tanto, que el lagrimal esté inflamado suele ser un síntoma de la existencia de una infección del saco lagrimal, una afección que científicamente se suele denominar dacriocistitis.
Por lo tanto, la principal causa del lagrimal inflamado es la obstrucción del conducto nasolagrimal que puede deberse a:
Existen algunos factores causantes del bloqueo del lagrimal que no pueden ser controlados, pero es importante actuar rápidamente con la ayuda del especialista en oftalmología si se produce una inflamación o infección en los ojos y prevenir estas enfermedades. Algunos consejos para evitar infecciones en los ojos son: